El verano es la época de descanso y desconexión por excelencia. El momento ideal para olvidarte de las obligaciones diarias y relajarte.
El problema es que esta “flexibilidad y relajación”, acaba afectando también a los hábitos alimenticios, haciendo que descuides la alimentación sana y equilibrada y convirtiendo caprichos que deberían ser puntuales, en excesos prolongados durante toda la temporada de verano.
Bebidas alcohólicas como tintos de verano y cervezas , helados , pasteles , dulces típicos , ensaladas con muchas salsas, etc., son algunos de los alimentos que forman parte de esta alimentación veraniega.
Pero si además de estos caprichos veraniegos, le sumas una rutina en la que solo estás tumbada y mueves lo justo, es fácil y lógico entender por qué al regresar a casa has ganado algún que otro kilito de más…
KEEP CALM!! Te daremos unas sencillas, pero interesantes recomendaciones, con las que podrás mantener un correcto estado nutricional, y a la vez, mantener dentro lo posible, tu peso habitual
6 TRUCOS PARA COMER FUERA DE CASA EN VACACIONES
1. Desayuno buffet con control
Tanto el buffet libre, como el “todo incluido”, suelen ser las estrellas de cualquier hotel.
Sin embargo, que sea buffet no significa que tengas que comer y probar de todo .
En este tipo de situaciones lo mejor que puedes hacer es:
- Seleccionar los alimentos que quieras comer desde el principio
- Probar pequeñas cantidades
- No llenar demasiado los platos
- Dejar otros platos y alimentos para probar al día siguiente
En este tipo de establecimientos, precisamente por la gran variedad de productos que se ofrecen, es fácil seguir una buena pauta alimenticia eligiendo alimentos como proteínas de calidad, lácteos, cereales integrales, piezas de frutas y grasas saludables.
2. Meriendas entre horas
Si tus vacaciones van a consistir en pasar mucho tiempo fuera de casa, ya sea realizando excursiones, caminando o pasar largas horas en la playa o en la montaña, procura llevar siempre contigo algún snack saludable como frutas , frutos secos , minibocadillos y proteína en polvo, o preparaciones más elaboradas como bizcochitos caseros o tortillas de patatas fit.
3. Prueba los platos típicos de la zona sin abusar
Por lo general, si viajas a un lugar nuevo es muy normal que te apetezca probar los platos típicos del lugar, pero estos platos casi siempre suelen ser copiosos, ricos en grasas y altos en carbohidratos
Por ello, si lo deseas, permítete probarlos, pero evita comer una cantidad excesiva.
Una buena y correcta opción es compartir platos , sobre todo si estos son muy calóricos y abundantes.
4. Helados con moderación
Los helados son los favoritos del verano, pero a veces nos pasamos y debemos ir con cuidado con estas pequeñas bombas calóricas
Unos 100 gramos de un helado cremoso normal , contiene como mínimo unas 200 Kcal. Pero si al helado le sumamos el cono de galletas , más una cobertura de chocolate , el helado puede llegar fácilmente a las 350 Kcal. Además, contiene grasas, de las cuales la mayoría son saturadas, procedentes de la nata de la leche y azúcar.
Entonces, ¿puedes comer helado? Sí, pero con moderación e intentando optar siempre por la opción más pequeña.
También puedes prepararlos tú misma en casa, usando ingredientes más acordes al plan de alimentación como el yogur, frutas como el plátano, el mango o frutos rojos congelados y añadirle cacao o chipas de chocolate negro.
5. Alcohol y otras bebidas, cuanto más alejadas, mejor
Las bebidas carbonatadas, alcohólicas y los zumos o refrescos combinados con alcohol, aportan calorías vacías, es decir, que el consumo de ellos no aportan ningún valor nutritivo, pero sí muchas calorías extras
Así que a ser posible, procura reducir al máximo su consumo y sustitúyelo por agua, agua con gas, infusiones refrescantes o zumos de limón caseros con stevia.
No obstante, hoy en día también se pueden conseguir algunas opciones “Sin Alcohol”, que ojo, igualmente aportarán calorías, pero siempre serán mejor opción que una bebida alcohólica tradicional.
6. Alimentos y porciones
En las cartas de los restaurantes y hoteles suelen encontrarse entre los entrantes, platos como ensaladas, gazpachos, o cremas de verduras fresquitas, que siempre serán la mejor opción
Sin embargo, debes vigilar las salsas y aliños de estos platos, pues contienen muchas calorías que podrían estropear esa ensalada saludable. Lo mejor es elegir siempre el aceite oliva como opción para aliñar los platos.
Si nos vamos a los segundos, lo mejor es elegir carne, pollo o pescado a la plancha, acompañados de verduritas o ensalada, aunque también se puede añadir una pequeña porción de hidratos de carbono (que ocupen únicamente 1/4 del plato) como arroz, patata cocida, pasta o pan.
Y por último, cuidado con los tentadores postres, mejor fruta que pasteles.
La sandía y el melón suelen estar presentes en todas las cartas veraniegas, así que no tendrás excusa
Como ves, siempre es posible comer bien aunque sea fuera de casa. Quizás las cantidades de los alimentos, así como el tipo, puedan variar ligeramente, pero en tus manos está abusar o no de ellos.
Ante todo, lo importante es saber disfrutar sin ser extremista. No te obsesiones por tu figura en vacaciones, pero tampoco la abandones.
Es posible disfrutar de la playa, la montaña o el campo sin apenas cambios en el peso o en la silueta, simplemente siguiendo estas sencillas pautas, fáciles de compaginar con las vacaciones.
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«Los buenos hábitos alimentan el alma».